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Daniel Fagiani

Es el nuevo refuerzo de Boca para reemplazar a Arruabarrena en julio. El jueves se hace la revisión pero, antes, recibió a Olé en su pueblo y contó que el primero que le habló de esta chance fue Claudio López.

PEREZ, ROSARIO (ENVIADO ESPECIAL). Daniel Fagiani está solo y espera. A un puñado de kilómetros de Rosario y antes de llegar a su Pujato natal, a un par de cuadras del único semáforo de Pérez, ahí donde se acaba el pavimento y nace una calle de tierra transitable o no de acuerdo a los caprichos climáticos, allí mismo está el campito de una hectárea y media donde el Dani o el Gringo, como lo conocen en el barrio, empezó a consumir su mes y pico de vacaciones. Sin teléfono ni celular. Sin cable. Sin computadora. Apenas lo acompañan una radio, una televisión donde sólo se ve canal 3 y canal 5 de Rosario, una camioneta, su caballo y sus perros. Lejos del lujo que lo rodeaba cotidianamente en Valencia, Fagiani disfruta del placer de estar otra vez en casa. "No es el Sheraton , pero a mí me alcanza y sobra...", dice sincero.

De acuerdo a lo que anunció Mauricio Macri, el defensor del Valencia se convertirá en reemplazante de Rodolfo Arruabarrena. Como el Vasco se va para el Villarreal a mitad de año, se buscó un lateral izquierdo con las características que le gustan a Bianchi. Sacrificio, primero la marca y después el ataque, sorpresa para pisar el área... Ahora, sólo falta definir los números del contrato pero el jueves ya se hace la revisión. Mientras, Fagiani descansa en familia en la nada ostentosa casita de Pérez. "Nooo, no pongás descansa. Si hace casi un año que estoy descansando...", se ríe de su desgracia.

Recién instalado, entre montones de valijas, humeantes empanadas que acaba de freír su esposa Daniela, el Gringo se larga tímido, con frases de cassette. "Del préstamo me enteré por los periodistas. Incluso me pasaron una nota de Macri, donde dice que está casi listo. Prefiero esperar un poco.

-¿Por quién hinchaste el sábado: Newells o Boca?
-No tuve tiempo de hinchar por ninguno de los dos... Si cuando me terminé de acomodar, ya había terminado el partido...

-¿Te habías desacostumbrado a esta clase de espectáculos?
-Y... la verdad que sí. En España, los hinchas se comportan muy bien. Demasiado bien te diría. Eso sí, las canchas están llenas, pero cantan diez minutos y el insulto máximo es "burro", al referí. Lo ideal sería equilibrar las cosas.

-¿Qué desafío es Boca?
-Uno muy interesante. Pero antes que nada, tengo muchas ganas de jugar. O tener una esperanza de poder pelear un puesto.

-¿Cómo pasaste este año en el que jugaste poco y nada?
-La experiencia fue muy positiva. En lo personal, maduré muchísimo porque estaba solo con mi señora y todo lo teníamos que resolver nosotros, sin apoyo familiar. En cuanto a lo futbolístico, apenas llegué a Valencia jugué los dos partidos clasificatorios para la Champions League y ganamos, también jugué la final de la Supercopa que le ganamos al Barcelona. Y estar en un equipo de primera línea como el Valencia, más allá de alternar en el equipo titular, te da experiencia.

-Lo que necesita Bianchi...
-Pará, pará, que hasta que se firme todo, soy del Valencia (sonrisas).

-¿Cómo surgió lo de Boca?

-Una tarde en Valencia estaba hablando con El Piojo López, le decía que anímicamente estaba más o menos porque no jugaba y él me alentaba. Y una vez, hablamos con Fernando Hidalgo (NdeR: colaborador de Gustavo Mascardi, representante de López- y empezó a hacer los contactos. De lo que estoy seguro es de que el primero que me dijo que por ahí había alguna posibilidad en Boca fue El Piojo.

-Qué representante pegaste...
-No, no (risas)... El Piojo sólo me dio una mano, como tantas veces. Para mí, Claudio es un tipazo. Si no hubiera sido por él, me habría vuelto a la Argentina a la semana. No te imaginás todo lo que hizo por mí durante en España. Pero el que se encarga de manejar mis números es Roberto Rodríguez, la Tota. El siguió con las charlas con Boca.

-Macri dijo que sólo falta definir tu contrato, ¿sos exigente?
-No me gusta hablar de plata. Vamos a ver... La Tota se está encargando y sé que avanzó.

-¿Por qué Argentina otra vez?
-Yo tengo ganas de jugar. Si bien estoy cómodo en el Valencia, donde me trataron de maravillas, tengo 26 años y quiero jugar. No es que vuelvo porque no sirvo. En una temporada, debo haber jugado seis o siete partidos, sumando de a 15 ó 20 minutos cada tanto. Al principio no anduve bien. Luego levanté y el técnico no me dio chances.

-¿Te peleaste con Cúper?
-No. Yo lo único que le reprocho es que no fue claro. El nunca me dijo que no me quería, pero tampoco me hacía sentir que me quería. Me cansé de pedirle que me tratara igual que a mis compañeros. Ni mejor ni peor. Me trataba con rencor, como si le molestara.

-¿Le encontraste alguna razón?
-Ninguna. Una vez, Carlos Bacigalup (el ayudante de campo) me dijo que Cúper no me trataba como al resto, porque como él me trajo, iban a pensar que era como el hijo. Ahí casi me vuelvo a Argentina.

-¿Llegás bien físicamente?
-Impecable. Si los que no jugamos, no parábamos de entrenar. Cuando no jugás, no tenés días libres. Corría y corría con los suplentes. Me falta ritmo de partidos.

-Contale al hincha de Boca cómo juega Daniel Fagiani.
-Noooo, que sé yo. No me gusta hablar de mí, no me sale. Te voy a decir lo mismo que dije cuando llegué a Valencia: yo me sumo para trabajar. El defensor tiene que trabajar y marcar. Después, que jueguen los que saben... -Otra coincidencia: ésa es una premisa de Bianchi. -No sabía que pensaba así... Pero bueno, Bianchi es un técnico muy capaz y exitoso.

-¿A quién conocés del plantel?
-A Samuel. En las prácticas en Newells, siempre le ganaba a todo (risas). A los penales, tiros al arco, fútbol tenis... Un grande Walter.

-¿Y jugar en la Bombonera?
-Es una cancha impresionante. Es cierto, es en la que más se siente el aliento de la hinchada. Metí un gol en la Bombonera, en un Boca-Newells que perdimos 2-1. Se lo hice a Córdoba, de tiro libre, por arriba. En Europa dicen que la Bombonera es como la del Glasgow Rangers de Escocia, pero no se puede comparar. Cantan todos un rato, pero nada que ver como cuando canta toda cancha de Bo ca. Me imagino lo que habrá sido esa revancha con River...